Se trata de los recibos de compra, de los tickets que
reaparecen perdidos por el bolsillo de algún pantalón o por el fondo de algún bolso.
¿La finalidad? Darle una utilidad.
Para ello lo han rediseñado, de tal forma que el precio del
producto comparta espacio con cifras y curiosidades: citas generadas a partir
del precio, titulares de noticias, tablas de calorías sobre los productos,
información sobre eventos culturales próximos al lugar de compra etc.
Con esto, el resguardo evoluciona de una condición homogénea
propia del siglo XIX a un concepto más abierto e individualizado acorde a los
nuevos tiempos. Así se ha conseguido dar utilidad de una forma discreta y
divertida a un objeto cuya vida útil no superaba los 5 segundos. Gran ejemplo
de cómo innovar y conseguir que hablen de tu marca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario