La identidad visual no solo forma
parte de una realidad, sino que se lleva a la ficción. Es el ejemplo de los
cigarrillos Red Apple de Tarantino. En todas sus películas los protagonistas
fuman esta marca ficticia de tabaco, con su correspondiente packaging (que lo
mantiene en todas ellas) y hasta aparece como parte de las escenografías en
carteles publicitarios (en el aeropuerto de Okinawa en Kill Bill). Sus
personajes son tan auténticos que solo pueden fumar una marca tan auténtica
como la del propio director.
(Red Apple commercial)
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